Detenerse a mirar lo que nadie mira. Foto de Zole Rodriguez. |
Una recomendación
Hay varias maneras de encontrarte con tu arte, pero Zole llegó a la fotografía de una forma particular: por recomendación de su psicóloga. "Me recomendó que haga algo para expresarme indirectamente sobre lo que me pasaba" recuerda. Así, tomó su primera cámara y comenzó a tomar fotografías. "Si vos ves mi primer rollo es tipo todo lo roto o todo lo sucio...cosas así."
Con ese primer rollo volvió a su consulta terapéutica y se llevó una sorpresa. Su psicóloga le dijo que esas fotos expresaban fielmente por lo que ella estaba pasando. Aún así, sus imágenes lograban encontrar la belleza en las cosas que nadie ve. "Desde mi primer rollo hasta hoy, me dedico a lo que nadie ve...el lado B" dice la fotógrafa.
Pero todavía necesitaba dar un paso más, así que tomó un curso. Éste consistía de cinco clases con una temática particular en cada a una y a la cual le debían dedicar un rollo entero. Pero de todas las temáticas solamente se sintió a gusto con una. "Había que ir a un lugar en el que vos te sintieras identificada, era ir a ese lugar y hacer fotos" recuerda Zole. Para ella ese lugar era la estación Migueletes de la Línea Mitre. El atractivo de esa estación era que "ahí justo están todos los vagones que están todo quemados y grafiteados."
Tal era la fascinación de la fotógrafa con ese lugar que incluso intentó darle dinero al guardia para que la dejara saltar la cerca. Sin embargo, tuvo que conformarse con hacer las fotografías desde el andén. El curso no sólo le confirmó su interés por los espacios en los que nadie se fija y le brindó herramientas técnicas, sino que también la volvió más buena con ella misma. "Me sirvió más que nada para entender que no todas las fotos que yo veo están mal" confiesa Zole.
La banda ya terminó y está juntando sus cosas. La cerveza también se terminó y vamos a la barra que está al fondo del centro cultural a conseguir más pero no tenemos suerte. Como todos ya se están yendo vamos a otro cuarto a ayudarla a juntar las impresiones, postales y cuadros con sus fotos que está vendiendo. Aunque la gente crea lo contrario, los artistas también comen.
Una imagen
Su herramienta por excelencia es la cámara analógica porque la lleva a plantearse varias cosas. Tanto las relacionadas con los aspectos técnicos de tomar una buena fotografía como también preguntas sobre su propia mirada. "¿Es un impulso como para sacar una foto linda o para sacar una foto que realmente me va a decir algo?" reflexiona Zole. Tranquilamente podría tomar la cámara digital que ya tiene y sacar "ochenta fotos y elegir la que me gusta". Pero tener que frenar, pensar y cuestionar "me hace valorar más la imagen."
Pero sus fotos le producen sentimientos encontrados. Por un lado, la felicidad de haberla hecho bien y que sea lo más parecido a lo que tenía en mente. Pero también se encuentra con la tristeza y la nostalgia que le producen las escenas que retrata. Y eso es justamente lo que trata de transmitir. "Te puedo sacar una foto linda pero queda en eso...una foto linda" pero ella no busca los likes en las redes sociales. "A mi me representa más que alguien me diga: che, me movió esa foto." Por eso para su próxima muestra en Otra Historia Club Cultural, apostará por algo más participativo. "La idea es poner directamente las fotos en distintos lugares y notitas para que la gente me diga que es lo que le pasó con esa foto" anticipa Zole.
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