Rosario "Roma" Flores tiene 17 años y pertenece a una generación que no piensa dos veces antes de reclamar su derecho a subir a un escenario: para ella es algo natural. Las primeras batallas las dió en las plazas rodeada de varones que, como ella, rimaban y competían para ver quién era la lengua más rápida e inteligente. Hoy es reconocida por haber llegado a la semi-final de la Red Bull Batalla de Gallos de Argentina, además de haberle ganado al último campeón nacional. 

Tanto Roma como su colega del freestyle "NTC" fueron las primeras mujeres en clasificar para la edición nacional del reconocido certamen de hip-hop. Allí compitieron junto a 14 varones frente a un reconocido jurado de campeones nacionales e internacionales.


Sin embargo, su presencia pareciera significar la apertura de un ciclo en el cual identidades subrepresentadas en el ámbito de la cultura hoy pueden empezar a hacerse escuchar. Este comenzó en las calles a través de la protesta social y hoy se manifiesta tanto en la creación de la Federación de Freestyle Femenino como en la recientemente sancionada ley de cupo femenino en los festivales. 

La creación de la Federación de Freestyle Femenino o Tripe F , una liga para la profesionalización de mujeres y otras identidades de género de Latinoamérica, permitió empezar a construir una conciencia acerca de cuán importante es la representación de otras identidades en espacios creativos. 


"La triple F es re importante para que las pibas entrenen y puedan salir a un escenario. Yo a las plazas empecé a ir a los 14 años y siempre eran hombres los que iban ahí", comenta Roma respecto de la competencia. 

La batalla en la que Roma ganó su lugar dentro de los cuatro mejores del país también demostró cuan necesaria es la diversidad, no sólo para inspirar al conjunto de la población a participar de la cultura sin restricciones, sino también para abrirle las puertas a otras temáticas y luchas que hasta ahora eran invisibilizadas. El verso que le supuso el triunfo contra "Dozer", campeón de la pasada edición nacional, reivindicaba la necesidad de que la maternidad sea deseada y pedía aborto legal, seguro y gratuito.

"El freestyle fue siempre muy machista. En una batalla te pueden decir de todo, atacarte, así fue siempre. Cuando una mujer compite los obliga a los pibes a pensar un poco más porque tienden a caer siempre en las mismas cosas, se ataca la sexualidad y ya eso ya no da más", reflexiona la rapera.

Mujeres, disidencias, originarias, afros y no binaries estuvieron presentes en la creación y difusión de la cultura desde que esta existe. Siempre estuvieron ahí, lo que sucede es que ahora sí nos ven. 














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